Salud nocturna: guía práctica para cuidarte mientras duermes
¿Te has preguntado por qué algunos tratamientos se recomiendan justo antes de acostarse? La respuesta está en cómo nuestro cuerpo reacciona durante el sueño. En esta página encontrarás ideas sencillas para aprovechar esas horas y mejorar tu bienestar.
Medicamentos que se toman de noche
Hay fármacos diseñados para actuar cuando estás dormido. Por ejemplo, los antihipertensivos de larga duración ayudan a mantener la presión estable mientras el corazón descansa. Tomarlos antes de dormir evita picos de presión en la mañana.
Los antiinflamatorios como el diclofenaco pueden causar irritación estomacal si se toman con el estómago vacío. Al tomarlos por la noche, junto a una cena ligera, disminuyes ese riesgo y aprovechas el tiempo de descanso para que el medicamento haga su trabajo.
Si usas suplementos de melatonina, ponlos 30 minutos antes de apagar la luz. La melatonina regula tu reloj interno, y al usarla en la misma hora cada día ayudas a regularizar el sueño.
En casos de depresión o ansiedad, algunos médicos prescriben antidepresivos que se activan mejor durante la noche. Eso permite que los efectos secundarios como somnolencia no interfieran con tus actividades diarias.
Rutinas y hábitos para mejorar el descanso
Una buena rutina nocturna no solo depende de lo que tomas, también del entorno. Apaga pantallas al menos una hora antes de acostarte; la luz azul retrasa la producción de melatonina y dificulta conciliar el sueño.
Prepara tu habitación con una temperatura fresca, entre 16 °C y 19 °C. El cuerpo baja su temperatura interna para dormirse, y un ambiente cálido lo frena.
Incluye una actividad relajante: leer un libro, escuchar música suave o practicar respiración profunda. Estas prácticas reducen el nivel de cortisol y facilitan la transición al sueño profundo.
Si necesitas levantarte durante la noche para ir al baño, evita beber mucho líquido justo antes de acostarte. Un vaso pequeño de agua está bien, pero nada excesivo que te despierte.
Controla la cafeína: una taza de café después del mediodía puede mantenerte alerta hasta altas horas y romper tu ciclo nocturno.
Recuerda que la consistencia es clave. Dormir a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, entrena a tu cuerpo a entrar en modo reposo sin esfuerzo.
Finalmente, si notas que algún medicamento te causa insomnio o sueño excesivo, habla con tu médico. A veces basta con cambiar la hora de toma o ajustar la dosis para equilibrar los efectos.
Con estos consejos podrás convertir tus noches en una oportunidad de recuperación y mejora de salud. Prueba uno a uno y descubre qué combinación funciona mejor para ti.