Riesgo familiar de migraña: qué debes saber
Si en tu familia aparecen migrañas de forma recurrente, es normal que te preguntes si tú también estás en riesgo. La respuesta no es "sí o no" sencilla, pero sí hay datos claros que te ayudarán a entender mejor tu situación y a tomar medidas antes de que los ataques se vuelvan molestos.
¿Por qué la migraña puede ser hereditaria?
Los estudios indican que entre el 30% y el 50% de los casos de migraña tienen un componente genético. No se trata de un solo gen, sino de varios que influyen en la sensibilidad del cerebro a ciertos estímulos. Si alguno de tus padres, hermanos o abuelos sufre migrañas, la probabilidad de que tú también la experimentes aumenta notablemente.
Además, la herencia no es la única pieza del rompecabezas. Factores como el estrés, la falta de sueño, la dieta y la exposición a luces fuertes pueden desencadenar un episodio si tu cerebro ya está predispuesto. Por eso, aunque la genética abra la puerta, los hábitos cotidianos suelen decidir si la puerta se abre.
Qué hacer si tienes antecedentes familiares
Lo primero es reconocer los síntomas tempranos: dolor pulsátil en un lado de la cabeza, náuseas, sensibilidad a la luz o al sonido. Anotar cuándo aparecen los ataques y qué los precede (café, cambios de clima, falta de hidratación) te dará pistas para evitarlos.
Consulta a un médico especializado en cefaleas. Un diagnóstico preciso permite descartar otras causas y, si es necesario, iniciar un tratamiento preventivo. Medicamentos como los betabloqueantes o ciertos antidepresivos pueden reducir la frecuencia de los ataques cuando la predisposición familiar es alta.
Mientras tanto, incorpora hábitos que disminuyan la probabilidad de crisis: duerme entre 7 y 9 horas, mantén una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras, y controla el consumo de cafeína y alcohol. El ejercicio regular, aunque sea una caminata de 30 minutos, también ayuda a estabilizar los niveles de estrés.
Si ya sufres migrañas, lleva un registro digital o en papel. Aplicaciones gratuitas permiten marcar el día, la hora, los síntomas y los posibles desencadenantes. Con el tiempo tendrás un mapa que te mostrará patrones claros y te permitirá anticipar las.
En definitiva, el riesgo familiar de migraña es una señal, no una sentencia. Conocer tu historial, estar atento a los primeros signos y adoptar un estilo de vida saludable puedes reducir considerablemente la carga de los ataques. No ignores los indicios; tu cerebro te está avisando. Actúa ahora y convierte esa predisposición en una oportunidad para cuidar mejor de tu salud.