Síntomas de coágulo: qué debes saber y cuándo actuar
Un coágulo sanguíneo, una masa de sangre que se forma de forma inesperada dentro de un vaso. También conocido como trombo, puede ser inofensivo... o mortal si se desplaza. No todos los coágulos se sienten, pero cuando sí lo hacen, sus síntomas de coágulo son claros y no se parecen a un simple dolor de pierna o una respiración rápida por cansancio.
Si tienes hinchazón, calor o dolor intenso en una pierna —especialmente si solo es en una—, puede ser un trombosis venosa profunda, un coágulo que se forma en las venas profundas, normalmente en las piernas. No es un calambre, no es un tirón. Es una advertencia. Y si ese coágulo se desprende y llega al pulmón, se convierte en una embolia pulmonar, una obstrucción grave que impide que el oxígeno llegue a la sangre. Ahí, los síntomas cambian: falta de aire repentina, dolor en el pecho al respirar, mareo, o incluso desmayo. No esperes a que empeore.
Algunas personas piensan que esto solo les pasa a los mayores o a quienes están en cama. Pero no es cierto. Un vuelo largo, un viaje en coche de muchas horas, incluso estar mucho tiempo sentado en una silla pueden ser suficientes. Las mujeres que toman anticonceptivos hormonales, quienes tienen cáncer, o quienes se han operado recientemente también corren más riesgo. Pero tú no necesitas ser un caso de riesgo para que un coágulo se forme. Lo importante es reconocerlo a tiempo.
Lo que ves aquí no es una lista de miedo. Es una guía de acción. Cada artículo en esta colección te muestra cómo identificar esos síntomas en contextos reales: desde cómo diferenciar un coágulo de una contractura, hasta qué medicamentos pueden aumentar el riesgo, o cómo los tratamientos actuales funcionan. No se trata de asustarte. Se trata de darte las claves para no ignorar lo que tu cuerpo te está gritando.